Hola, mi nombre es Ana Cuerva Luzón, soy estudiante del ciclo formativo de Laboratorio Clínico y Biomédico en el centro Atlántida Cidep, he tenido la oportunidad de poder realizar mis prácticas en Oporto/ Portugal en el INSA Ricardo Jorge.
Quiero compartir mi experiencia erasmus con vosotros ya que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado y de esta manera tengo la oportunidad de dejar constancia de todos los momentos que viví.

Trabajar en el INSA Ricardo Jorge fue una experiencia enriquecedora, no solo por el aprendizaje técnico que adquirí, sino también por el entorno profesional y colaborativo en el que me desenvolví. Tuve la oportunidad de rotar por varios laboratorios, lo que me permitió ampliar mis conocimientos en distintas áreas.
CRIBADO NEONATAL
Participé en la detección de diferentes enfermedades congénitas en recién nacidos, utilizando técnicas de espectometría de masas, ensayos inmunoquímicos o enzimáticos entre otros.
Fué una experiencia muy satisfactoria poder ayudar a intentar detener estas enfermedades en recién nacidos, sabiendo que un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia entre una vida con complicaciones graves y una vida saludable. Sentí que este rabajo tenía un impacto real, lo cual me motivó aún más a seguir aprendiendo y dando lo mejor de mí cada día.
LABORATORIO BIOLOGÍA MOLECULAR
En este laboratorio realicé técnicas avanzadas de análisis de ADN incluyendo PCR y secuenciación genética lo que me permitió profundizar en el diagnóstico molecular de diversas enfermedades hereditarias.
Trabajar con estas técnicas me ayudó a comprender mejor la base genética de muchas patologías y la relevancia de un diagnóstico preciso y rápido. Además, aprendí a manejar equipos de última generación y a seguir protocolos estrictos de calidad y bioseguridad.
LABORATORIO ÁCIDOS ORGÁNICOS
Sin duda uno de los laboratorios en los que más me gustó trabajar, allí realicé diariamente técnicas de extracción y análisis de metabolitos en muestras biológicas, lo que me permitió desarrollar precisión y autonomía en el trabajo de laboratorio.
Además, el equipo fue muy acogedor y siempre dispuesto a ayudar, lo que creó un ambiente de aprendizaje muy positivo.
He de decir que no todo fué trabajo y que nunca olvidaré las noches en Adega, los atardeceres en Jardim do Morro, los lunes de erasmus, todas las tardes que pasé con mis amigas en la playa o conociendo cada rincón de esta preciosa ciudad.
Oporto es una ciudad con un encanto especial, llena de historia, cultura y rincones únicos. Pasear por sus calles empedradas, descubrir miradores con vistas al Duero y disfrutar de su gastronomía fue parte esencial de mi experiencia. Visité los monumentos más emblemáticos de la ciudad, como la Torre de los Clérigos, la Sé do Porto, el Palacio da Bolsa, entre muchos otros. Además, disfruté de las tranquilas caminatas por el barrio de la Ribeira, un lugar lleno de vida y color, con sus casas tradicionales y el río Duero como protagonista, no puedo olvidar Vila Nova de Gaia, un lugar desde donde pude disfrutar de vistas espectaculares de Oporto y el puente de Luis I.
Oporto no solo es una ciudad para ver, sino para sentir y vivir cada rincón.

En cuanto a mi experiencia personal, no voy a negar que al principio vine con miedo, al estar sola en un lugar desconocido, lejos de mi familia y amigos. Sin embargo, con el tiempo, esa sensación fue desapareciendo, lo que comenzó como un sitio nuevo para hacer las prácticas se ha convertido en mi segunda casa, un lugar que me ha visto crecer, aprender y desarrollarme en diferentes ámbitos, tanto profesionales como personales.
Estar lejos de casa me ha permitido ser más independiente, afrontar mis miedos y desafíos, y entender que los cambios, aunque a veces difíciles, son fundamentales para el crecimiento. Sin duda, esta experiencia me ha dejado grandes lecciones y recuerdos que siempre llevaré conmigo.
Lo más valioso de todo, sin duda, han sido las personas que he conocido, tuve la suerte de encontrar a personas increíbles que hoy considero amigas, juntas hemos vivido momentos inolvidables, hemos aprendido mucho y, sobre todo, compartido muchas risas.
La conclusión que saco de mi experiencia Erasmus es que vivir y estudiar en otro país no solo transforma tu perspectiva académica, sino también tu manera de entender el mundo y a ti mismo.
Algo que descubrí es que no saber idiomas no debe ser una barrera, siempre puedes empezar a aprender, y lo más importante es tener la disposición de comunicarte, equivocarte y seguir intentándolo.
Erasmus no fue solo un intercambio de conocimientos, sino un intercambio de vida, de emociones, de aprendizajes y de personas.
No lo dudéis. Aunque dé un poco de vértigo al principio, aunque no sepáis el idioma o no conozcáis a nadie. Porque Erasmus es mucho más que irse a estudiar a otro país, es una experiencia que os abre la mente, os empuja fuera de vuestra zona de confort y os enseña a ver el mundo con otros ojos.
Vivir en otra cultura, compartir casa con personas de diferentes países, perderte por una ciudad nueva, equivocarte con las palabras y reírte de ello… todo eso forma parte del aprendizaje y lo mejor es que no necesitas ser un experto en idiomas ni tener todo bajo control, aprenderás en el camino, a tu ritmo, rodeado de gente que también está descubriendo.
Así que si alguna vez tenéis la opción de iros de Erasmus, decid que sí.
